
En la actualidad es tan importante el mundo académico, como el mercado laboral y el aprendizaje operativo; ese mundo inmerso en una realidad tecnológica que no debe perder su sentido humanitario.
Si ese mundo del trabajo exige de las escuelas, hoy por hoy, un aprendizaje operativo, esto no significa que deba descuidarse la formación integral de los estudiantes (enfoque holístico); si es cierto que la realidad y la experiencia que nos mueven actualmente giran en torno a la economía, con la consecuente degradación y destrucción de la vida en el planeta; hay que enfatizar, más que nunca en los objetivos socio-profesionales con los que debe estar articulado el conocimiento técnico.
Ya definimos y enfatizamos los conceptos derivados del término competencia: competir que quiere decir aspirar dos personas a una misma cosa; término que incluye, no solamente, la forma eficiente de competir, sino la formación inteligente y ética para destacar y sobresalir en el mundo laboral y social.
Competitividad, competente, competir y competentemente; términos que podemos señalar, definen el concepto general de las competencias y abordan los intereses de la educación en su aspecto cognitivo, pero también interesando al ánimo de hacer las cosas bien (desarrollar habilidades, actitudes y valores), lo que se traduce en formar alumnos exitosos, que asuman el compromiso de aprender y aprehender, es decir que adquieran el conocimiento teórico, que llevado a la práctica de su vida cotidiana, les proporcione las herramientas necesarias para desempeñar un trabajo u oficio, pero a la vez, los prepara para enfrentar y resolver los problemas de su vida social, familiar, emocional, etc., que se sientan realizados en todos los aspectos.
Si bien, el aprendizaje debe producir una transformación profunda, un cambio, moviliza saberes, emociones y toda una historia de vida de los estudiantes, los programas de estudio deben garantizar la educación y la capacitación para garantizar el desarrollo de competencias, que les permita, no solamente operar, sino aprender y aprehender a verse como un ser humano respetado y respetuoso, y no solo capacitarlo para el trabajo, sino que debe disponerlo a la autoconstrucción de sí mismo, de su realidad y lo que espera de ella, comprometido y reflexionando sobre realidades que le permitan adaptarse a su entorno.
Hablando de aprendizaje situado o sitio de aprendizaje, debe ser aquel que mueva el interés de los estudiantes, la revolución tecnológica por ejemplo, situado el aprendizaje en la era de las máquinas, lo que como sitio de aprendizaje debemos aprovechar los docentes para mediar en el uso didáctico, para que aprendan de la tecnología y no dependan de ella, partiendo de sus propios intereses y motivaciones.
Estamos de acuerdo que el profesor no media, ni facilita las necesidades cognoscitivas de los estudiantes, pero sí puede diseñar los ambientes adecuados y propicios para que el estudiante desarrolle su proceso de adaptación al medio, para su supervivencia y el desarrollo de sí mismo.
Sólo la acción del profesor, reflexionada, planificada y bien situada va a dar lugar al aprendizaje significativo (movilizando conocimientos, saberes, experiencias previamente adquiridas, habilidades, emociones, y valores para darle significado a la vida personal y profesional de los alumnos (formación holística).
SABER, SABER SER, SABER HACER, SABER ACTUAR Y SABER CONVIVIR.
CANDY